domingo, 8 de marzo de 2015

El tiempo para la igualdad es ahora

El feminismo supone una revolución, la auténtica revolución pendiente y la única capaz de provocar una profunda transformación social.



Este año se cumplen 20 años de la celebración de la Cuarta Conferencia Mundial sobre las Mujers, que tuvo lugar en Beijing, China, en 1995, que contó con la participación de 189 países y en la que se renovó el compromiso de la comunidad internacional con los objetivos para alcanzar la igualdad entre mujeres y hombres. Dos décadas después, y pese a los avances, las mujeres y las niñas en todo el mundo nos seguimos enfrentando a desigualdades, discriminaciones, violencias y recortes en nuestros derechos.

Las mujeres no somos un colectivo, somos más de la mitad de la población. Las mujeres somos diversas, por circunstancias socioeconómicas, culturales, religiosas, por razón de etnia, por orientación sexual o por identidad de género. Son muchas las intersecciones que ahondan las situaciones de discriminación que todavía hoy sufre la mitad de la población, las mujeres.

Ante cualquier pérdida de derechos, las mujeres somos las primeras afectadas. El precio de la crisis lo estamos pagando las mujeres. Las políticas del PP son un claro ejemplo de cómo los  recortes en derechos y libertades impactan negativamente en el día a día de muchas mujeres  (ley aborto, reforma laboral, desmantelamiento de la ley de dependencia…) y todo eso se traduce en que España ha retrocedido en el Índice de Igualdad de Género que publica el Foro Económico Mundial. En 2007 España estaba en el puesto 10 y en 2014 ocupamos el puesto 29. Y el indicador que mide la igualdad de oportunidades en el empleo nos sitúa en el puesto 87 de 142 países.

En estos momentos, la consecución de la igualdad ha quedado relegada de algunas agendas políticas. En algunos casos, porque nunca la tuvieron y en otros, porque la nueva política parte de la vieja premisa de que ahora lo urgente son otras cosas.

No cabe la posibilidad de retroceder ni de abandonar el camino emprendido hace décadas.  Ni siquiera la de esperar más tiempo para lograr la igualdad plena, ni supeditar la igualdad a otras conquistas previas. Las mujeres ya hemos esperado muchos años. La igualdad de género debe estar presente en nuestro día a día; en el de las mujeres y también en el de los hombres. La igualdad no es un asunto solo de las mujeres, se trata de una cuestión de calidad democrática y justicia social.

Las mujeres, y los hombres que apuestan por la igualdad, llevamos muchos años luchando para superar brechas, para ser sujetos de derechos y para que se nos reconozcan nuestras capacidades y talento. Años en los que se ha ido avanzando lentamente con normativas nacionales e internacionales para la consecución de la igualdad y con declaraciones de la comunidad internacional. Al menos en el papel, en la teoría, porque la realidad es bien distinta a lo que contemplan las distintas legislaciones. La Igualdad plena y efectiva está lejos de ser conseguida. Ante esta realidad, no queda otra repuesta posible que exigir que el tiempo para la igualdada es ahora.

Hay que aprender a mirar desde el feminismo, que nos aporta una mirada crítica sobre la sociedad y las discriminaciones, algunas sutiles y escurridizas y otras no tanto; que le pone nombre al malestar de las mujeres y que no es producto del victimismo, ni pretende privilegios, sino derechos y justicia social para la mitad de la población. Porque las mujeres nos reconocemos como ciudadanas plenas y no estamos dispuestas a renunciar a los derechos y libertades que tanto nos ha costado conquistar.

El feminismo supone una revolución, la auténtica revolución pendiente y la única capaz de provocar una profunda transformación social. Es la única agenda política posible, que debe impregnar transversalmente cualquier propuesta política que aspire de verdad a transformar la sociedad. Con esta profunda convicción, el Instituto Canario de Igualdad,  con motivo de la conmemoración del 20 aniversario de  la Declaración y la Plataforma de Beijing, hemos organizado el congreso ‘Feminismo: agenda global’, que se celebrará los días 27 y 28 de marzo en Gran Canaria, para propiciar un espacio de análisis y debate sobre los logros alcanzados y los retos pendientes. Porque, en definitiva, entre todas y todos podemos construir una sociedad más democrática, más justa, más libre, más plena y más satisfactoria para mujeres y hombres.

jueves, 13 de febrero de 2014

Breves reflexiones: los mitos del amor romántico (2)

Mi segunda reflexión va dirigida al mito del príncipe azul, o en términos "modernos" podríamos hablar de las 50 sombras del príncipe azul.

Hay una constante en las llamadas historias de amor literarias o novelas románticas: hombre fuerte, poderoso, con dinero, con éxito, con algunos "problemillas", conoce a joven "inocente", a ser posible virgen, con menos recursos, aunque suele ser inteligente además de "bella". Aunque no queda claro cuál de todos estos atributos de ella es el que prima en la atracción (quizás la inteligencia es solo un daño colateral). En el relato suele haber una historia de salvación: ella es salvada por él de una vida tediosa, vacía (volvemos al mito de la media naranja y al vacío provocado por la ausencia de nuestra "otra mitad") y a través del amor logra  dar sentido a su vida. Y ella, a través de su amor (porque el amor lo puede todo), lo SALVA con mayúsculas. Evidentemente no es una salvación equivalente, en la de él, solo tiene que ser él mismo, mientras que en la pretendida salvación que ella realiza sobre él,  se requiere una gran dosis de esfuerzo y sacrificio. Es nuestro acto heroico por excelencia, el sacrificio por amor.

Si pensamos en los cuentos infantiles de príncipes y princesas, el relato es muy similar: Ella atrapada en una torre, dormida a la espera de ser "despertada" por un beso de amor o esperando en la sombra a que le pongan un zapato (que además de tener tacón es de cristal, una clara señal de aviso,  es mejor elegir nosotras nuestro modelo de zapatos). Al final, somos salvadas por nuestro príncipe azul y el cuento finaliza con "y fueron felices y comieron perdices". No es necesario seguir con la historia, lo que pasó después de comer las perdices no interesa. Ya has sido salvada, ya has completado tu vida con tu media naranja. Punto y final.

Este modelo de amor romántico, no solo es sexista, sino doblemente restrictivo ya que es la resultante de la combinación del amor patriarcal y del amor heteronormativo (aunque en el fondo ambos son los mismo),  lo que supone negar e invisibilizar la diversidad afectivo-sexual. Nunca nos contaron un cuento de dos princesas o dos príncipes.

Pero ahora la realidad se vuelve más perversa y perniciosa. El príncipe azul ha evolucionado y se nos ha llenado de sombras presuntamente liberadoras. No nos equivoquemos, no es una cuestión moral. Lo que dos personas que se reconocen como iguales y que desde la libertad individual acuerdan en la intimidad me resulta indiferente. Lo que cuestiono es el mensaje que nos quieren "vender", una especie de renovada liberación sexual para las mujeres, como si se tratase de un paso más en la consecución de la igualdad y, además, se supone que incrementa nuestra supuesta libertad de elección.
 
Hoy no me está quedando tan breve la reflexión, y este es un tema que tiene muchas derivadas, como los "nuevos mandatos de género" que fomentan la hipersexualización de las niñas para adaptarse, entre otras cuestiones, a los nuevos modelos de príncipe azul. Para terminar, voy a compartir unas reflexiones de Natasha Walter de su libro Muñecas vivientes:
"Son las mujeres las que hacen dietas draconianas y someten sus cuerpos a la cirugía, son las mujeres las que se desnudan en las discotecas mientras los hombres las jalean y aplauden; son las mujeres, y no los hombres, quienes piensan que su capacidad para acceder a la fama y al éxito depende de lo bien que respondan a una única y reducida imagen de la sexualidad. Si esta es la nueva liberación sexual, se parece demasiado al viejo sexismo como para convencernos de que se trata de la libertad a la que aspirábamos"

Moraleja 1: Ojo con las sombras, porque sombras son.
Moraleja 2: Ojo con las sombras, porque no nos dejan ver la luz.

Estas moralejas me han quedado con un tono de proverbio bíblico, pero ustedes me entienden.
 



martes, 11 de febrero de 2014

Breves reflexiones: los mitos del amor romántico (1)

Se acerca el 14 de febrero, el llamado Día de l@s Enamorad@s. Estos días nos vienen bien para hacer un breve ejercicio de deconstrucción de algunos de los mitos del amor romántico.

Podemos empezar por el mito de la "media naranja". Nos enseñan a pensar que estamos incompletas sin una pareja... uf¡¡¡ menudo estrés y tremenda carga  que tenemos que llevar día a día. Nos tenemos que pasar la vida buscando esa media naranja para llenar el vacío, para poder completar la mitad que nos falta porque no somos seres completos, o eso al menos es lo que nos dicen.

Se trata de una búsqueda del "santo grial" llena de riesgos, "por amor" nos sacrificamos, porque el amor, cuando se consigue la media naranja hay que conservarlo, esa es la segunda parte del reto. "Por amor" muchas mujeres sufren violencia, dolor y frustración. Si algo falla en esa media naranja, el problema estará en nosotras porque se supone que ya deberíamos sentirnos completas.

Dije que serían breves reflexiones, lo prometido es deuda. Para terminar una afirmación. Podemos elegir. Yo elijo SER (con mayúsculas) y ser una naranja completa. No tenemos que ser la mitad de nada, mejor ocupar nuestro YO de forma completa y así seremos libres para elegir nuestras opciones, sin vacíos, sin necesidad de completar nada.

Una moraleja: RECONQUISTA TU MITAD

lunes, 27 de enero de 2014

El papel de las administraciones públicas en la lucha contra la violencia de género

Materiales de la intervención en el Experto/a  Universitario/a de la Universidad de Las Palmas en el Tratamiento de la Violencia de Género 2013-2014 (ULPGC). Sin duda una experiencia enriquecedora el poder impartir cuatro horas de docencia y poder compartir reflexiones no sólo sobre el papel del Instituto Canario de Igualdad en la lucha contra la violencia machista, sino especialmente sobre cómo se reproduce la desigualdad de género y la violencia machista en nuestra sociedad, en una sociedad, como dice Ana de Miguel, formalmente igualitaria.
 
 
 
 
 
 
 

martes, 24 de diciembre de 2013

Van a por todas


Rabia, indignación, desolación. Éstos son algunos de los sentimientos que muchas personas estamos padeciendo al ver cómo los avances sociales y políticos conseguidos en los últimos 35 años están siendo desmantelados. El PP de Rajoy no defiende derechos, impone antiderechos.
Han atacado los derechos sociales, recortando y privatizando el Estado del Bienestar; los derechos civiles, con la pretendida Ley de Seguridad Ciudadana que es en realidad una ley de represión ciudadana. En paralelo, la Ley de Seguridad Privada refuerza la política del miedo y la coacción. En definitiva, el Gobierno de Rajoy convierte los derechos en delitos, pervirtiendo así todos los principios y valores de la democracia.

Pero si hay un frente que gusta especialmente a esta derecha es el de atentar contra los derechos de las mujeres. Por si no era suficiente con el impacto que los recortes al Estado del Bienestar tienen sobre las mujeres, a lo que sumaron la negación del derecho a la reproducción asistida a lesbianas y mujeres solas, ahora nos quitan otro derecho: el derecho a una maternidad libremente elegida. El derecho a decidir libremente. Con esta reforma consiguen generar inseguridad jurídica a las y los profesionales sanitarios, un mecanismo de coacción muy eficaz para dificultar la práctica médica y por otro lado, convierten en una carrera de obstáculos para las mujeres la posibilidad de interrumpir voluntariamente un embarazo. En definitiva, a las mujeres sólo nos van a quedar dos opciones, si tienes recursos, acudir a cualquiera de los países europeos que tienen leyes de plazos, la mayoría por cierto; o bien, se verán abocadas a realizar abortos clandestinos poniendo en grave riesgo su vida y su salud. En definitiva, lo único que garantiza esta Ley es dolor y sufrimiento para las mujeres que quieran interrumpir su embarazo.

Una reforma que reconoce derechos a unos y se los quita y niega a las mujeres. Se reconoce el derecho a objetar en conciencia de todos los profesionales sanitarios, pero nos niegan el derecho a ejercer la libertad de conciencia a las mujeres a la hora de tomar una decisión de forma libre y autónoma sin necesidad de ser tuteladas. Las mujeres somos sujetos de derechos y la tutela médica que nos quieren imponer es un insulto a nuestra inteligencia y un ataque a nuestra dignidad.
La triple alianza de la derecha política, económica y religiosa está siendo devastadora para una sociedad que, a pesar de los ataques permanentes a nuestros derechos y libertades que estamos sufriendo, permanece todavía en estado de shock. Estoy convencida de que estas políticas ni siquiera responden al interés o a la voluntad de la mayoría de las personas que votaron al PP. Ya no hay lugar para seguir siendo la presunta "mayoría silenciosa".

Vamos a reaccionar, estoy segura de ello, porque este es un país que sufrió cuarenta años de dictadura nacionalcatólica, con varias generaciones de españoles y españolas que vivieron esos años con mucho dolor y sufrimiento. Somos una sociedad que, no sin esfuerzo, ha podido superar aquellos tristes años y que gracias a la democracia, que tanto nos costó conseguir, ha podido crecer y vivir en libertad. Por todo ello, desde la más profunda conciencia cívica, ciudadana y democrática, no podemos permitir que nos sigan arrebatando derechos y libertades. Bajo ninguna circunstancia queremos volver a una España en blanco y negro, con el NO-DO, servido ahora en televisión de plasma, de telón de fondo.

Artículo de opinión publicado el 24/12/2013 en La Provincia: http://www.laprovincia.es/opinion/2013/12/24//579752.html